Dada la actual debilidad de la demanda en el resto de Europa y la caída en ventas de mercados como España, Francia o Italia, los astilleros alemanes se han puesto mano a la obra y han decidido botar veleros y yates por todo el mundo.
Sin lugar a dudas, nos encontramos ante un claro ejemplo de reconversión de un sector industrial que ha llevado a firmas como Bavaria a convertirse en el segundo fabricante del mundo en número de veleros, sólo por detrás del grupo francés Beneteau, o a ocupar a Hanse Yachts el tercer puesto como fabricante del mundo de yates a vela.
La situación en España ¿Acierto o error?
La entrada a finales de los años 90 de los astilleros asiáticos supusieron una bajada en los costes de fabricación de los buques de gran dimensión de más de un 50% debido a la alta intensidad de mano de obra en su fabricación. La reacción de los diferentes grandes astilleros europeos fue desigual y aunque las empresas españolas se adaptaron a la nueva realidad del mercado y se especializaron en buques muy técnicos de gran valor añadido, siguen dependiendo de las bonificaciones fiscales para su supervivencia.
¿Nos equivocamos en el tipo de embarcaciones hacia las que reconvertir el sector naval español?